miércoles, 23 de febrero de 2011

Fotos del Asador de Aranda






No son muy buenas, son de teléfono móvil, pero sirven para demostrar que Pedro e Iván vinieron.

sábado, 19 de febrero de 2011

Asador de Aranda, 18 de febrero de 2011

Gran día.

En primer lugar porque aunque parezca increíble, hace ya un año que se puso en marcha esta idea de comer una vez al mes un grupo de amigos, en lo que llamamos de forma un tanto rimbombante “Club Gastronómico Madrid”. Fue el 5 de febrero de 2010 cuando quedamos por primera vez en Casa Ciriaco, y desde entonces ya ha pasado un año. Y sin fallar ni un solo mes, salvo agosto y diciembre por razones obvias. Felicidades a todos.

En segundo lugar porque después de muchas cancelaciones y de muchas confirmaciones en falso, por fin apareció Pedro. Y también fue primer día para Iván. Lástima que tres asiduos como Germán, Alberto y Josechu no pudieran venir por diferentes razones profesionales.

Después de la comida cántabra, y girando hacia el sur, nos dedicamos de lleno a la comida castellana, tan sobria y tan antigua como la propia Castilla. Y para ello nos dirigimos a uno de los muchos “Asadores de Aranda” que hay en Madrid y en tantos sitios.

El “Asador de Aranda” viene a ser como una multinacional de “fast-food” de comida castellana, eso sí para ser justos no es nada “fast”, y la “food” es de primera calidad. Pero no deja de tener un cierto aire a “fábrica de comer corderos”, a pesar de la decoración rústica y el trato tan eficaz como impersonal. Se trata de una cadena que cuenta ya con 21 establecimientos en Madrid, Barcelona, Bilbao, Valladolid, Valencia, Zaragoza y tantos sitios, incluido por supuesto Aranda de Duero.

La carta no deja demasiado espacio para la imaginación, y nos lanzamos a lo clásico, que ya está preparado desde que entras por la puerta: “marisco de Castilla” (morcilla, chorizo y pimientos) y cordero y cochinillo al horno. Castilla fue siempre una tierra de pastoreo, y por eso su comida gira alrededor de la oveja churra (no confundir con la merina). El lechazo es su gran especialidad, por supuesto, en horno de barro. La técnica es sencilla y viene de tiempos inmemoriales, calor homogéneo y generoso, agua y sal. Del resto se encarga el lechazo. La variante del cochinillo viene de Segovia, de sus mesoneros mayores, aunque es más reciente. Seguro que Isabel la católica, Juan Bravo, Padilla y Maldonado, los Comuneros, y tantos y tantos castellanos viejos lo comieron y disfrutaron.

Así que todos nos esmeramos con la certeza de estar comiendo un plato legendario e histórico, bueno, todos menos Iván, que tiene el paladar confundido tanto comer en Coslada, y se decidió por un “entre-côte”, nombre afrancesado de lo que viene siendo una chuleta de toda la vida.

Todo ello bien regado del vino de la tierra que corresponde, en este caso un buen Ribera, del que cayeron tres, ¿cuatro?, ¿cinco tal vez? botellas. ¿Qué más da?

Merecía la pena tanta espera. Solo faltó Penélope Cruz gritando “Peeeeedro” cuando Pedro entró en el restaurante. Y es que la llegada de Pedro coincidió además con su nombramiento como “Europa und Asien Chef des Privatkundengeschäfts der Deutschen Bank”. Parece ser que detrás de ese nombre está la Dirección de toda la Banca de Particulares en Europa y Asia, todo un Imperio en el que no se pone el sol. Pedro I de España y V de Alemania (no confundir con Pedro I el Cruel, al menos por ahora) tiene por lo tanto unos dominios que harían palidecer de envidia al Kaiser Guillermo.

Y cuál no sería nuestra sorpresa cuando se desveló además que es el Presidente de la Comisión de Diversidad del Banco, es decir, la que vigila porque haya igualdad de trato y de oportunidades en el Banco, con independencia del género, de la religión, de la edad, de la condición sexual o de la condición social. Lo que viene siendo la Bibiana Aído del Deutsche Bank.

Al no venir Alberto no hubo discusión ni sobre nanotecnología ni sobre biología molecular, así que discutimos temas tan variados como el origen del apellido Araluce, que resulta que no es ni guipuzcoano ni de Berango, sino que tiene su origen en Lequeitio, de la ineficiencia de las Administraciones Públicas, de la última quiebra de Ruiz Mateos o del próximo viaje de Chus, tema recurrente, y que esta vez es a la Argentina.

También debatimos las propuestas de Alberto de quedar a mitad de semana o buscar menús más específicos, pero al final se decidió seguir con el formato actual y sobre todo agradecer a Ana la elección de los sitios y la eficacia de sus convocatorias.

Todos nos acordamos especialmente de Germán. Que por cierto, estaba comiendo un espectacular cocido en el Escorial.

Y así nos fuimos despidiendo, probablemente en la sobremesa más larga, pues eran más de las 5 y media de la tarde cuando salíamos. No sin antes haber probado un milhojas de crema y unos chupitos de la casa (sin alcohol). La prueba de que había ganas de hablar y de seguir la sobremesa es que una vez en la Plaza de Castilla nos dedicamos a criticar el nuevo obelisco de Calatrava, con sus movimientos al son del viento (o de un motor) que nadie sabe lo que es ni para qué sirve y que es un regalo de Caja Madrid a la ciudad de Madrid. Sin comentarios.